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08 diciembre, 2015 Garrapiñadas Leer más >
Me encantan, no, lo siguiente, me pierdo por un cucurucho de garrapiñadas, y como siempre hemos tenido almendras en casa, pues que mejor que 100% caseras;  Pero como comentaba en una de las entradas anteriores todas las recetas tienen su historia/recuerdos y ésta no podía ser menos.  Hace como 20 años (ya se que son muchos) hacer caramelo en casa hecho por mi dejó ser un hecho, pedía ayuda o simplemente lo compraba.  
Pues eso, hace la tira de años preparando mis garrapiñadas para Navidad, mis hijas que eran unas renacuajas llamaron mi atención y al girarme mientras removía me pase por encima de la mano que sujetaba la sartén las almendras con su correspondiente caramelo en ebullición, ya os podéis imaginar la quemadura, o mejor no os la imaginéis, todas las navidades con curas diarias, y se acabo para mi hacer garrapiñadas en casa.  Llevo varios años queriéndolo intentar, y al final mi hija, me propuso quitarme el miedo al caramelo (siempre y cuando se esté en lo que se está haciendo), y ... prueba superada! concentrada en lo que hacía, no lo siguiente, vuelven a casa por Navidad las mejores garrapiñadas del mundo mundial.




Ingredientes:

1 vaso de almendras crudas sin pelar
1 vaso de azúcar
1/2 vaso de agua
Las cantidades son siempre las mismas da igual el tamaño del vaso que utilicemos, siempre en la misma proporción.

Elaboración:
  1. En una sartén, introducir las almendras, el agua y el azúcar.
  2. Colocar a fuego fuerte, sin dejar de remover veremos que el agua va consumiendo y el azúcar empiece a burbujear, en este punto tiene una consistencia arenosa.
  3. Bajar la potencia del fuego, en mi vitro del 1 al 9, la baje al 6, seguir removiendo sin parar para que las almendras se impregnen bien de azúcar.
  4. Volver a subir la temperatura para que el azúcar se vuelva a derretir y las garrapiñadas tomen ese brillo tan característico, cuando esté todo fundido, retirar del fuego, acabar de impregnar bien con el caramelo derretido y volcar sobre papel de horno, separar con la misma cuchara para que no se queden apelmazadas entre sí.


"El éxito de que salgan bien es una cuestión de paciencia.  Cocer lentamente las almendras con el agua y el azúcar sin dejar de remover y retirarlas del fuego cuando empiezan a caramelizar.  Se pueden preparar con antelación y guardarlas en un bote o caja metálica bien cerradas."

*  Por cierto son adictivas, como las hice para probar y publicar, se fueron en un plis, recién hechas, están buenísimas. 

María.

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